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Catarata congénita: ¿qué es y cómo detectarla?

Catarata congénita: ¿qué es y cómo detectarla?

Conoce todo sobre la catarata congénita.

La catarata congénita es una condición que afecta a los recién nacidos y niños pequeños, caracterizada por la opacidad del cristalino, lo cual puede comprometer su desarrollo visual desde los primeros días de vida.

Aunque no es muy común, su impacto en la visión puede ser significativo si no se diagnostica y trata a tiempo.

En este artículo te proporcionaremos más información detallada sobre qué es la catarata congénita, sus causas, síntomas, tipos, diagnóstico y opciones de tratamiento, para que puedas reconocer los signos de esta condición y actuar de manera oportuna.

¿Qué es catarata congénita?

La catarata congénita es una opacidad en el cristalino del ojo presente desde el nacimiento o que se desarrolla durante los primeros meses de vida.

Este trastorno impide que la luz llegue correctamente a la retina, afectando la visión del bebé.

Se trata de una condición poco común, pero de gran relevancia porque si no se detecta y trata a tiempo, puede tener consecuencias graves en el desarrollo visual del niño.

Causas de catarata congénita

Las causas de la catarata congénita varían. No obstante, entre las más comunes se encuentran:

  • Genéticas: alteraciones hereditarias que afectan el desarrollo del cristalino.
  • Infecciones durante el embarazo: como rubéola, toxoplasmosis o varicela.
  • Metabólicas: condiciones como la galactosemia o hipoglucemia neonatal.
  • Síndromes asociados: como el síndrome de Down o síndrome de Marfan.
  • Otras causas: exposición a radiación, medicamentos o deficiencia nutricional durante el embarazo.

 

Es importante que cualquier sospecha sea evaluada por un oftalmólogo pediátrico para determinar el origen.

Síntomas de catarata congénita

Detectar los síntomas de la catarata congénita en recién nacidos es clave para actuar rápidamente. Algunos de los signos más comunes incluyen:

  • Pupilas blancas o grisáceas (leucocoria).
  • Falta de seguimiento visual a objetos o personas.
  • Movimiento anormal de los ojos (nistagmo).
  • Dificultad para enfocar o fijar la mirada.

 

Si notas alguno de estos síntomas en tu pequeño, acude de inmediato a un especialista para una evaluación exhaustiva.

Tipos de catarata congénita

La catarata congénita puede clasificarse según su localización y características. Algunos de los tipos principales son:

Unilateral

La catarata congénita unilateral afecta únicamente a un ojo, lo que puede complicar su detección temprana, especialmente si el otro ojo tiene una visión normal.

Este tipo de catarata suele ser menos evidente en las primeras etapas de desarrollo, pero puede provocar una pérdida significativa de la visión en el ojo afectado si no se trata de manera oportuna.

Por ello, es fundamental realizar revisiones oftalmológicas a los recién nacidos para identificar cualquier anomalía visual.

Bilateral

Cuando la catarata congénita bilateral está presente en ambos ojos, es más probable que interfiera significativamente en el desarrollo visual del niño.

Este tipo de catarata está comúnmente relacionado con condiciones genéticas o enfermedades sistémicas, como infecciones congénitas o trastornos metabólicos.

Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia para minimizar el impacto en la calidad visual del pequeño.

Polar

La catarata congénita polar se localiza específicamente en la parte anterior o posterior del cristalino.

Su severidad puede variar, desde opacidades leves que no afectan demasiado la visión hasta casos más graves que requieren intervención quirúrgica.

Este tipo de catarata puede estar asociado a condiciones hereditarias o anomalías durante el desarrollo ocular.

Nuclear

La catarata nuclear congénita afecta el núcleo central del cristalino, lo que significa que la opacidad está presente desde el nacimiento y puede ser significativa.

Este tipo de catarata suele generar una visión borrosa o nublada que afecta directamente la capacidad del bebé para captar estímulos visuales importantes en sus primeras etapas de vida.

Detectarla a tiempo permite un manejo adecuado para prevenir problemas como la ambliopía.

Diagnóstico de la catarata congénita

El diagnóstico de la catarata congénita requiere un enfoque especializado mediante un examen oftalmológico completo. Este proceso es esencial para identificar cualquier anomalía en el cristalino y determinar el mejor tratamiento. Los pasos más comunes incluyen:

  • Reflejo rojo: una prueba básica pero crucial para detectar opacidades en el cristalino. La ausencia o alteración de este reflejo puede ser un indicio temprano de la presencia de catarata congénita.
  • Ecografía ocular: esta herramienta se utiliza en casos de opacidad severa para evaluar la estructura interna del ojo, especialmente cuando otras técnicas no permiten visualizar el fondo ocular.
  • Pruebas genéticas y metabólicas: estas pruebas son fundamentales en situaciones donde la catarata congénita en recién nacidos está asociada a enfermedades sistémicas o síndromes hereditarios, como galactosemia o infecciones congénitas.

 

Un diagnóstico precoz es vital para evitar consecuencias graves, como la ambliopía, también conocida como «ojo perezoso«. Actuar a tiempo permite garantizar un desarrollo visual adecuado y prevenir daños irreversibles.

Tratamiento para la catarata congénita

El tratamiento de la catarata congénita varía dependiendo de la severidad y el impacto en la visión del niño. Es esencial abordar esta condición de manera oportuna para evitar complicaciones en el desarrollo visual. Las opciones más frecuentes incluyen:

  • Observación: en casos donde la opacidad es leve y no afecta de forma significativa la visión. Este enfoque implica un monitoreo constante para asegurarse de que no haya un deterioro visual.
  • Corrección óptica: en algunos casos, el uso de gafas o lentes de contacto puede ser suficiente para mejorar la visión y compensar la opacidad. Es una alternativa útil cuando la intervención quirúrgica no es necesaria de inmediato.
  • Cirugía: es el tratamiento más común para las cataratas que interfieren de forma significativa con la visión del niño.

¿Cuándo se recomienda cirugía para la catarata congénita?

La cirugía es esencial cuando la opacidad impide que el niño desarrolle una visión adecuada. En la mayoría de los casos, los especialistas sugieren realizarla antes de los 3 meses de edad para maximizar las posibilidades de un desarrollo visual óptimo.

Después de la cirugía, es frecuente que se necesiten lentes de contacto, gafas o tratamientos adicionales, como terapia oclusiva, para estimular la visión del ojo afectado y prevenir problemas como la ambliopía.

Además, un seguimiento continuo con el oftalmólogo es clave para garantizar una recuperación y adaptación visual efectiva.

Consecuencias de la catarata congénita

La catarata congénita puede tener un impacto significativo en el desarrollo visual y general del niño si no es tratada a tiempo. Entre las principales consecuencias se encuentran:

  • Pérdida permanente de la visión: la opacidad en el cristalino impide el paso de la luz hacia la retina, lo que puede derivar en una ceguera irreversible si no se corrige a tiempo.
  • Desarrollo de ambliopía: también conocida como «ojo perezoso«, esta condición ocurre cuando el cerebro no recibe una señal visual clara del ojo afectado, lo que deteriora la conexión entre el ojo y el cerebro.
  • Problemas en el aprendizaje y desarrollo psicomotor: los niños con visión comprometida suelen enfrentarse a dificultades para explorar su entorno, lo que afecta habilidades motoras y cognitivas esenciales en sus primeros años de vida.

 

Estas complicaciones resaltan la importancia de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. La intervención oportuna no solo protege la visión del niño, sino que también asegura un desarrollo integral, promoviendo su bienestar físico, emocional y social.

¿Se puede prevenir la catarata congénita infantil?

Aunque no siempre es posible prevenir la catarata congénita, existen medidas que pueden reducir significativamente el riesgo de que esta condición afecte a tu bebé. Algunos consejos clave incluyen:

  • Acude a controles prenatales regulares: las visitas al médico durante el embarazo permiten monitorear el desarrollo del bebé y detectar cualquier posible complicación a tiempo.
  • Vacúnate contra enfermedades como la rubéola antes del embarazo: esta inmunización es fundamental para evitar infecciones que puedan afectar el desarrollo ocular del bebé.
  • Mantén una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales esenciales: consumir alimentos ricos en ácido fólico, vitamina A y otros nutrientes es crucial para un embarazo saludable.
  • Evita el consumo de alcohol, tabaco y medicamentos sin prescripción médica: estas sustancias pueden interferir con el desarrollo fetal y aumentar el riesgo de anomalías, incluida la catarata congénita en recién nacidos.

 

Si bien no se puede garantizar la prevención total, seguir estas recomendaciones aumenta las probabilidades de un embarazo saludable y reduce el riesgo de problemas visuales en tu bebé.

Además, la detección temprana sigue siendo el mejor aliado para abordar esta condición de manera efectiva.

¿Estás preocupado por la salud visual de tu hijo? Agenda una consulta de Oftalmología General con los especialistas de Clínica de Ojos Opeluce. Detectar a tiempo puede hacer la diferencia en su desarrollo.

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